Mi patología no tiene una causa física pero yo me encuentro mal

Hola a todos desde Alcorcón, hoy os traigo esta reflexión: Mi patología no tiene una causa física, pero yo me encuentro mal. ¿Te ha ocurrido que tienes problemas de estómago, intestino… y por más pruebas que te han hecho no saben cual es la verdadera causa?

No te imaginas lo que las emociones y el no saber gestionar tus circunstancias de vida, pueden afectarte físicamente.

¿Qué es lo que ocurre?

A mi me paso y se de lo que hablo, pero además laboralmente me he ido encontrando con personas que vienen a verme porque están desesperadas con los dolores físicos y después de un proceso de Coaching Terapéutico les desaparecen.

Si no sabemos gestionar nuestras emociones (validarlas, tenerlas en una intensidad adecuada), nos producen heridas que pueden sabotear nuestras relaciones sociales y nuestro bienestar.

Parece ciencia ficción pero es real.

Caso real

Os voy a contar un caso real para que se entienda mejor:

» Tuve una paciente de 29 años que me visitó porque no encontraba solución a sus problemas estomacales. Sus nauseas continuas, problemas de digestión y diarreas crónicas no se correspondían con ninguna patología diagnosticada. Después de someterse a todas las pruebas médicas posibles referidas al sistema digestivo, las medicaciones que le ofrecían solamente conseguían parar los síntomas momentáneamente sin conseguir solucionar el problema.

Al realizar conmigo un proceso de Coaching Terapéutico, descubrimos que ciertas situaciones de su infancia le habían acarreado unas creencias limitantes que ya no estaban en consonancia con sus pensamientos, además sus valores no se ajustaban a su realidad y tenía emociones bloqueadas que la hacían sufrir. Se encontraba infeliz y pensaba que no valía para nada«.

Solución

Empezamos a trabajar todos estos conceptos, se dio cuenta de lo que le angustiaba, de lo que realmente le gustaba, de lo que decía y luego en realidad lo que hacía, de porque callo ciertas emociones y para que necesitaba sanarlas…

Después de varias sesiones empezó a sentirse libre de él mismo, empezó a decidir por si sólo, a disfrutar lo que hacía y como por arte de magia se fueron todos esos problemas físicos. Empezó a encontrarse bien, a quererse y a ser feliz.

Que bonito presenciar ese cambio, ese compromiso con él mismo, ya no se mentía y estaba en paz.

Si este artículo os ha hecho plantearos algo, si os creado alguna duda, por favor compartirlo conmigo, y cómo siempre os digo no estáis solos/as, me tenéis en Cuenta Conmigo, en Alcorcón, o por Zoom 😛🤗.

¡¡¡A seguir nadando compis!!!🐟

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